Comida a domicilio en Santander: el origen de los cowboys en México

Comida a domicilio en Santander: el origen de los cowboys en México

El cowboy, cuyo origen se remonta a los vaqueros del norte de México, es un jinete asalariado encargado de cuidar el ganado vacuno. A pesar de sus raíces mexicanas, el cowboy se ha convertido en un ícono estadounidense, personificando al jinete solitario que conquistó el Oeste a caballo. Guadalupe Jiménez Codinach, maestra en Historia, señala que los primeros caballos en México llegaron con Hernán Cortés al inicio de la expedición de conquista, y desde entonces, el país se ha desarrollado con una fuerte presencia ecuestre.

En los tiempos virreinales, sólo los españoles tenían permitido montar a caballo, considerándolo un símbolo de dominio feudal. Sin embargo, esta restricción se disipó rápidamente debido a la necesidad de buenos jinetes en la nueva economía de minas, haciendas y ranchos. Según el historiador José María Murià Rouret, la habilidad ecuestre, de la cual se derivó la charrería, tuvo su origen en Jalisco, específicamente en Los Altos, desde el siglo XVI. Esta rica cultura ecuestre mexicana influyó en el desarrollo tanto de la charrería como de la cultura vaquera anglosajona en América del Norte, con muchos términos derivados del español utilizado por los vaqueros mexicanos.

El blues, por otro lado, tiene fuertes conexiones con los ranchos ganaderos y la lucha por los derechos civiles más que con la esclavitud. Las grabaciones más influyentes del blues se llevaron a cabo al norte del Río Bravo, en lugares como San Antonio, Texas, donde músicos mexicanos como Andrés Berlanga y Francisco Montalvo compartieron estudios de grabación con artistas como Robert Johnson. Alan Lomax se refiere al «Preblues» como la música que tocaban los mexicanos, los vaqueros y los afroamericanos al finalizar la jornada en los ranchos ganaderos durante el traslado del ganado. Américo Paredes destaca que los mexicanos llevaban consigo la tradición de acompañar sus canciones con la guitarra, incluso en rituales como los funerales, lo que influyó en la estructura y el tono del blues.

Desde 1821, los mexicanos llevaron la guitarra al sur de los Estados Unidos, popularizándola en diversos ámbitos como cantinas, campos de algodón y funerales. La canción ranchera mexicana sirvió como inspiración para el blues y el country, marcando una influencia duradera en la música estadounidense.

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